A continuación os proponemos la lectura de este texto escrito por la musicoterapeuta Serafina Poch. La idea principal que desprende es que cualquiera puede aprender a ser músico, sin tener en cuenta sus actitudes porque lo que prima son las aptitudes.
“La música puede actuar sobre las personas, despertando sentimientos de emoción, energía, capacidad de evocación y belleza, dependiendo del tipo de música y del momento psicológico en que la escuchemos. A los niños puede ayudarles en su aprendizaje y a desarrollar la memoria y su creatividad.”
“La música es de una importancia capital para el niño, porque es la única de las Bellas Artes que afecta al ser humano desde antes de nacer. Está comprobado científicamente que el niño, en el claustro materno, reacciona al sonido desde el quinto mes. Asimismo, las emociones de la madre repercuten en su hijo.”
“Por otro lado, la música es el lenguaje de nuestra afectividad. La música en sí no significa nada concreto. Es una forma de lenguaje simbólico. El significado se lo da cada oyente o ejecutante, y puede expresar su estado emocional.”
“Se ha comprobado que todos los niños, de entre 1 y 3 años, responden positivamente a la música melódica y rítmica, pero no a la disonante. El niño de entre uno y dos años, reconoce melodías y algunos pueden reproducir notas o intervalos y cantarlos correctamente. Entre los dos y los cuatro años se produce un gran avance en el canto. Los de cuatro años cantan mejor que los de tres, pero éstos se ajustan más al tono.”
“El mejor modo de hacer que un niño pequeño perciba y se emocione con la música es hacerle escuchar melodías llenas de emoción, a su nivel, en las que el ritmo no sobresalga sobre la melodía.”
“La iniciación al ritmo –la parte matemática de la música– ha de nacer de un modo espontáneo, nunca impuesto, ni ha de constituir una serie de ejercicios aburridos. Aburrimiento, jamás. Ha de ser un juego. Y éste será el mejor modo de iniciarlo en las matemáticas.”
“La música es una formación esencial para el equilibrio emocional. Esta formación es primordial tanto para los niños que quieran ser músicos como para los demás. La formación musical debería realizarse de acuerdo con la edad, de un modo en que prime la creatividad, la expresión libre, el aprendizaje atractivo y fácil. Que el niño aprenda porque sienta la necesidad de hacerlo, nunca por imposición. Pero ésto depende, en parte, del modo de enseñar. Es indispensable tener en cuenta sus gustos musicales, sus primeros recuerdos, sus preferencias etcétera.”
“En la formación musical debe primar la creatividad y la expresión libre del niño para que sea atractiva.”